En el seno de una familia humilde, en 1917 y en uno de los barrios periféricos de Madrid nacía la poeta y escritora Gloria Fuertes. Sin haber sido nunca estimulada en la escritura, ni siquiera apoyada, por su familia, Gloria aprendió a leer y escribir a los 5 años y publicó su primer poema con tan solo 14 años. 

La menor de nueve hermanos, seis de los cuales mueren prematuramente, hija de una madre costurera y de un padre conserje, su infancia transcurrió en las transitadas calles de la antigua Plaza del Progreso.  
En su juventud, por voluntad de su madre, estudió en el Instituto de Educación Profesional de la Mujer, donde recibió la formación que entonces se consideraba necesaria para una futura ama de casa: cocina, cuidado de niños, corte y confección.  

Al morir su madre, cuando Gloria tenía quince años, tuvo que postergar su pasión por la escritura para dedicarse a trabajar en Talleres Metalúrgicos. Sin embargo, nunca dejó sus poemas y logró complementar las tareas de contabilidad con la escritura de poemas. Un año después, en 1935 publicó sus primeros versos en una revista infantil y dio sus primeros recitales de poesía en Radio Madrid. A los 17 años se encontraba escribiendo su primer libro de poemas, Isla Ignorada, aunque tendría que esperar para su publicación hasta el 1950. 

La guerra civil española dejó una profunda huella en ella. El antibelicismo y la protesta contra lo absurdo de la civilización están presentes en su poesía de forma categórica. Ella misma reconoció que "sin la tragedia de la guerra quizá nunca hubiera escrito poesía". 
En 1939 escribe su primer relato para niños y lo envía al semanario Maravillas donde además de ser publicado al poco tiempo entraría a trabajar como editora durante una década. 
Durante esos años publicó decenas de cuentos en la revista Maravillas, como así también lo hizo en la revista Pelayo.  

Para 1950, finalmente se publica su primer poemario: Isla ignorada. Por esos años acostumbraba ir a la taberna de Antonio Sánchez a escribir cuentos y poemas. Por esos años también funda una tertulia de mujeres poetas que más tarde dará origen al grupo Versos con Faldas, un espacio activo en la organización periódica de lecturas de poesía. Además, colaboraba en revistas como Rumbos, Poesía Española o El pájaro de paja. En 1952 fundó la revista Arquero junto a Antonio Gala, Rafael Mir y Julio Mariscal y dos años más tarde publicó Antología y poemas del suburbio y Aconsejo beber hilo. 

En 1955 obtuvo un puesto de bibliotecaria en el Instituto Internacional de Madrid y en 1958 recibió la Primera Mención del Concurso Internacional de Poesía Lírica Hispana con Todo asusta.  
Tras ganar en 1965 el Premio Guipúzcoa por Ni tiro ni veneno ni navaja, publica su obra más popular en 1968, Poeta de guardia y Cangura para todo, su primer libro de cuentos para niños, por el que recibió una mención en el Premio Internacional Hans Christian Andersen. Al año siguiente recibió otro premio, en este caso un Accésit del Premio Vizcaya por su cuento Cómo atar los bigotes al tigre. 

En los años 70 su actividad se potencia gracias a la beca recibida por la Fundación March de literatura infantil en el año 1972, dedicando todo su tiempo a la producción de obras infantiles y poemas como Cuando amas aprendes Geografía (1973) y Sola en la sala (1973). Por su parte, el libro de versos Don Pato y Don Pito, fue recomendado para lectura en las escuelas por el Ministerio de Educación y Ciencia.  

Gloria también comenzó a trabajar en la Televisión Española en el reconocido programa Un globo, dos globos, tres globos y, más tarde, en La cometa blanca, lo que la llevó a obtener mayor reconocimiento popular. 

Según lo expresa Reyes Vila-Belda de la Universidad de Indiana, Gloria se destacó no solo por su escritura, sino también por abrir el espacio poético a las preocupaciones de los que no tenían voz: mujeres, trabajadores y pobres. 
En la misma línea, la investigadora Keefe Ugalde, identifica el poder trascendental de Gloria por levantar la voz y reclamar por el derecho a leer, a escribir, a trabajar o a ser poeta en un momento histórico en el que las mujeres estaban reducidas al espacio doméstico. “Ser escritora suponía ir contra corriente y requería gran empeño y buscar caminos alternativos frente a puertas cerradas. Numerosos poemas suyos dejan constancia de la desigualdad de género en su época y constituyen una forma de luchar contra los límites impuestos”, en palabras de Ugalde. 

Durante el franquismo, Gloria cuestionó los modelos tradicionales femeninos. Así lo señaló la catedrática Vila-Belda: “El franquismo promovió una sociedad patriarcal y una cultura conservadora que excluyó a la mujer de la vida profesional y cultural. (?) Fuertes presentó un nuevo modelo de mujer que celebraba su marginalidad y, de este modo, afirmaba su identidad. Se convirtió así en el eslabón para recuperar y continuar la modernidad”. 
Con un legado que será eterno, en noviembre de 1998 falleció como consecuencia de cáncer de pulmón. En su testamento dejó su fortuna (100 millones de pesetas) al orfanato conocido como Ciudad de los muchachos del padre Jesús Silva.