Evita, como se la conoció a María Eva Duarte en todo el mundo, nació en el seno de una familia humilde un 7 de mayo de 1919 en la ciudad de Los Toldos, Buenos Aires.  

Hija ilegítima de Juan Duarte, quien mantuvo junto a su madre Juana Ibarguren una relación extramatrimonial. Él fue un político importante de la ciudad de Chivilcoy hasta que fue depuesto por malversación de fondos. Su madre, costurera, se ganaba la vida y mantenía a su familia con el trabajo diario que lograba realizar de manera informal con vecinos de la zona.  

Al fallecer su padre debido a un accidente automovilístico, Eva junto a su madre y sus cuatro hermanos, Blanca, Elisa, Juan Ramón y Erminda Luján se trasladaron a Junín, donde su madre comenzó de nuevo su trabajo de costurera, Elisa consiguió un trabajo de maestra suplente y Juan como viajante de la firma Guereño, fabricante del jabón Federal. 

A los 15 años se fue a vivir a la ciudad de Buenos Aires y comenzó con su carrera como actriz. Allí conoció al actor José Franco y Joaquín de Vedia quienes le dieron un pequeño papel de cuatro palabras en la obra "La señora de Pérez". Tras unos meses, la compañía de Eva Franco le avisó para interpretar un papel un poco más importante en la obra Madame Sans Gêne de Moreau y Sardou, donde representaba a la hermana de Napoleón con un increíble éxito. Logró un papel en la Compañía de Pepita Muñoz. Como artista obtuvo reconocimiento tanto en el teatro como en el radioteatro y cine, hasta que en 1943 se convirtió en una de las fundadoras y enseguida elegida presidenta de la Asociación Radial Argentina (ARA).

Su vida cambió rotundamente cuando en 1944 conoció a Juan Domingo Perón, entonces secretario de Trabajo y Previsión, en un acto relacionado con la ayuda a las víctimas del terremoto de San Juan de 1944. Al poco tiempo se casó con él en Junín y desde ese momento comenzó a ser una pieza clave y a desarrollar un papel primordial en la escena política. Como su mujer, participó activamente en la campaña electoral del mismo en 1946, siendo la primera política argentina en hacerlo. En 1947 impulsó y consiguió la sanción de la Ley de sufragio femenino N° 13.010. Fue el 9 de septiembre de ese año, cuando "la Ley Evita" le daba el derecho y habilitaba a todas las mujeres de la Argentina a votar.  

Con aquella Ley, su liderazgo político se proyectó a nivel nacional y posibilitó que las mujeres cumplieran con el objetivo de la reelección de Perón, por un segundo mandato. Para ese fin, se creó el Partido Peronista Femenino, fundado el 29 de julio de 1949 en el marco de la primera asamblea organizativa del Partido Peronista, un partido de integración social, que buscaba incluir a un grupo específico y constituir una respuesta político organizativa al desarrollo de las políticas de masas. 

Evita también dejó la Fundación que lleva su nombre, creada en 1948 con el fin de brindar asistencia social a los sectores más necesitados, logrando obtuvo su personería jurídica en julio de 1948. La institución creó, a su vez, hogares, escuelas, hospitales, la famosa Escuela de Enfermeras y proveedurías de alimentos. 
Identificada por las masas como la "abanderada de los humildes", organizó la ayuda social a los pobres desde el Estado, y para el año 1949 se había convertido en la segunda figura más influyente de Argentina y la más querida por sus queridos “descamisados”, como llamaba a las clases trabajadoras. Aunque nunca llegó a ostentar un cargo oficial, en la práctica fue responsable de los ministerios de Sanidad y Trabajo. 

En 1947 visitó Madrid donde fue recibida con honores de Estado por Francisco Franco, en agradecimiento porque Argentina desobedeció el bloqueo de las Naciones Unidas a España y envió barcos cargados de carne y trigo para paliar el hambre de la posguerra civil. 
Además de su carrera artística y política, Eva dejó publicados dos libros: La razón de mi vida (1951), y Mi mensaje (1952). 

Lamentablemente, a  temprana edad, con tan solo 33 años y como consecuencia de un cáncer de útero, falleció un 26 de julio de 1952, recibiendo de inmediato honores oficiales y un velorio multitudinario en el Congreso de la Nación y en la Confederación General del Trabajo (CGT). Su cuerpo embalsamado y protegido en la CGT, durante la dictadura cívico-militar autodenominada «Revolución Libertadora de 1955, fue secuestrado y profanado teniéndolo oculto durante dieciséis años. En la actualidad sus restos se encuentran en el Cementerio de la Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires.