Toni Morrison, la mirada negra que se volvió prosa
Fue la primera escritora negra en obtener el Premio Nobel de Literatura. Sus narrativas se forjan sobre temas claves que la vida de toda la comunidad negra norteamericana: discriminación, esclavitud, identidad, lo oculto y el rol de lo femenino.

Toni nació el 18 de febrero de 1931 y fue llamada Chloe Ardelia Wofford, su nombre real hasta que se convirtió en escritora y ella misma decidió optar por el nombre que la reconocemos en sus libros. Nació en Lorain (Ohio), hija de un obrero del acero y una ama de casa, donde vivió toda su adolescencia junto a sus otros 3 hermanos. Amante de las historias de su país, se pasaba largas horas junto a su abuela perdida (o encontrada) en historias de sus antepasados, de los distintos sucesos que habían narrado la historia oficial de los Estados Unidos.  

Al terminar la secundaria fue a la Universidad Howard de Washington y desde entonces comenzó a hacerse llamar como “Toni”, nombre que procedía del segundo nombre con que fue bautizada en la Iglesia Católica a los 12 años: Chloe Anthony. Se graduó en Filología Inglesa y a los pocos años comenzó a trabajar con la editorial Random House. Estuvo casada con el arquitecto jamaicano Harold Morrison pero el matrimonio duró poco, y en 1964 quedó a cargo de sus dos hijos en Siracusa. A fines de los años 60 consigue un trabajo en Nueva York como editora de la misma firma y no tarda en mudarse.  

Fue entonces cuando su carrera como escritora despega y cambia su vida para siempre. Con “Ojos azules”, su opera prima, Toni construye un relato de una niña negra que quiere tener los ojos azules para encajar en los estereotipos de belleza de la época y dejar de vivir la exclusión de la sociedad. El libro que publicó a continuación fue Sula (1973), unos años más tarde llegó  “La canción de Salomón” (1977), por la que obtuvo el Premio Nacional de la Crítica. A principios de los 80 presentó “La isla de los caballeros” (1981), Beloved (1987) con el que recibió el premio Pulitzer, y “Jazz” (1992).  

En 1993 gana el Premio Nobel de Literatura con tan solo seis novelas publicadas en aquel momento, gracias a su trabajo constante en la búsqueda por recobrar la identidad negra y la integración de la cultura afroamericana en la sociedad estadounidense. Así mismo, la Academia Sueca le concedió el Nobel por “su arte narrativo impregnado de fuerza visionaria y poesía que ofrece una pintura viva de un aspecto esencial de la realidad norteamericana". 

Sus investigaciones acerca de las raíces negras, la mujer y la discriminación sufrida en su país de origen continúa siendo materia prima para las obras que le siguieron como ocurrió con Paraíso (1997), Amor (2003), Una bendición (2008), Volver (2012) y La noche de los niños (2015). También escribió algunos libros infantiles y algunos ensayos. 

El 6 de agosto del 2020, Toni falleció a los 88 en el Hospital Montefiore Medical Center, de Nueva York dejando un legado vivo y que seguramente seguirá recorriendo el mundo y abriendo preguntas en las mentes de blancos y negros.