Nacida en 1962 en el seno de una familia humilde, tuvo que dejar la escuela y su hogar con apenas 16 años.  Se casó a los 20 y en pocos años quedó embarazada. A los 25 ya tenía 3 hijos y era madre soltera que debió asistir a un refugio de mujeres para sobrevivir y cuidar de sus pequeños. 

A pesar de las limitaciones, cursó matemáticas en una escuela nocturna con el objetivo final de poder acceder a la universidad. Y lo logró. En 1993 se graduó en Informática de la Universidad de la Margen Sur de Londres y obtuvo el doctorado en Ingeniería de Software en 2001 por su investigación en el efecto ripple. Vale aclarar que el término ripple se usa comúnmente dentro del campo de las métricas del software para indicar una medida de complejidad.  

En repaso por su trayectoria, vale destacar que Black ha sido directora del departamento de Sistemas de información y software en la Universidad de Westminster, y fundadora del grupo de especialistas BCS BCSWomen, espacio en el que se destacó también como directora hasta el 2008. Gracias a su gran capacidad para codificar, trabajó para la Comisión Europea, la UNESCO y la Sociedad Británica de Computación. 

Actualmente es investigadora sénior asociada al Colegio universitario de Londres. Y gran promotora de la participación de más mujeres en las ciencias informáticas. Desde el 2012 impulsa el movimiento #Techmums, pensado para ayudar a las mujeres a desarrollar todo su potencial en esta área. En los años en que Sue estuvo dirigiendo distintos programas de codificación para niños en las escuelas, pudo analizar cómo los padres a menudo se sentían lo suficientemente seguros como para apoyar a sus hijos, mientras que las madres indecisas pasaban a un segundo plano.  

Por otro lado, se encuentra produciendo un Podcast titulado “100 momentos que sacudieron a la informática”.