Stephanie Kwolek inventó el Kevlar, la fibra madre de los chalecos antibalas
La inventora creó una fibra sintética que se usa para salvar vidas con una resistencia y rigidez excepcionales. Tiene más de doscientas aplicaciones, entre ellas se utiliza en la fabricación de piezas aeroespaciales, de cuerdas super resistentes y de material deportivo

Stephanie nació en el año 1923 en New Kensington, Pennsylvania. Desde muy pequeña soñaba con ser médica y salvar vidas. Su madre era una apasionada de la moda y de las fibras, si bien nunca salió a trabajar fuera de su casa, sin querer acercó a su hija al mundo de las telas. Su padre, por su parte, fue un naturalista apasionado, quien la acercó con pasión al mundo de la ciencia. Sin duda, ambos fueron grandes referentes que marcaron el camino de Kwolek en los años posteriores.  

Si bien de pequeña soñaba con salvar vidas a través de la medicina, para poder pagar los estudios para convertirse en médica, tenía que trabajar.  Con el objetivo claro, ella obtuvo su el Grado en Química en la Margaret Morrison Carnegie College en 1946. Ese mismo año tuvo la suerte de entrar a trabajar en la empresa DuPont. Le gustó tanto su trabajo como química polimérica, que al poco tiempo dejó de pensar en la medicina y se focalizó en su nueva pasión, la química y la investigación. 

A los 42 años, luego de largos años de investigación y experimentación en en el laboratorio de investigación de fibras textiles, descubrió en 1965, una fibra sintética con una rigidez y una resistencia aún mayor al nylon a la que llamó Kevlar.  

En la década del 60,  Stephanie se encontraba investigando acerca de nuevas posible fibras sintéticas y nuevos procesos de policondensación a bajas temperaturas que permitieran conseguir nuevos materiales capaces de resistir condiciones extremas.  

El objetivo era obtener una fibra más resistente que el nylon y que pudiera utilizarse en neumáticos. Y lo hacía sintetizando poliamidas aromáticas de alto peso molecular que diluía en distintos disolventes para luego hilarlos y finalmente crear fibras. Pero había un error aparente que se repetía y la llevaba a descartar prueba tras prueba, ya que en vez de obtener soluciones transparentes y viscosas,  se obtenían  soluciones opacas y fluidas.  

En una de tantas pruebas, por razones que se desconocen, Stephanie decidió no descartar una de aquellas muestras y se la llevó al técnico para que la hilara. En aquel momento llegaron a un resultado que los sorprendió a ambos, ya que observaron que la fibra era mucho más resistente que el nylon, y a su vez también mucho más resistente que el acero, con la virtud de ser más liviano. Así se dio origen al Kevlar (poliparafenileno tereftalamida), un polímero cristal líquido.  

Después de poner a todo un equipo a trabajar en aquel nuevo material, DuPont comenzó a comercializar el Kevlar en 1972.  

Actualmente el Kevlar tiene más de doscientas aplicaciones, aunque el uso más conocido ocurre en la fabricación de chalecos antibalas, también es mundialmente utilizada en la fabricación de piezas aeroespaciales, de material deportivo como raquetas y esquíes y en cuerdas super resistentes.  

El 18 de junio del 2014 fallecía en Wilmington dejando un legado enorme a la ciencia.