Simonetta Sommaruga, presidenta de la Confederación Suiza por segunda vez en el cargo
La política suiza finalizó su segundo mandato al cargo de la presidencia con gran reconocimiento de la sociedad. En la actualidad es una de las mujeres más poderosas del mundo

Nacida en el año 1960 en el Cantón de Zug, se formó y se incorporó al Partido Socialista Suizo en su juventud.  

Año tras año, desde que se inició en política, fue creciendo en cargos que exigían mayor responsabilidad y también le otorgaban un mayor poder. 

Primero dirigió la Fundación de Protección del Consumidor Stiftung für Konsumentenschutz, desde el 1993 al 1999.  
Sommaruga fue diputada del Gran Consejo del cantón de Berna entre 1981 a 1990.  

Más tarde fue elegida para ocupar un cargo en el ejecutivo de la comuna de Köniz, cargo en el que ocupa un escaño entre enero de 1998 y diciembre de 2005. En 1999 también es elegida al Consejo Nacional suizo, y en 2003, es seleccionada por el Consejo de los Estados por el cantón de Berna. 

En el 11 de agosto de 2010, anunció su candidatura al Consejo federal con el fin de reemplazar a Moritz Leuenberger y en septiembre de ese mismo año es efectivamente elegida. El 4 de diciembre de 2013, también fue elegida para el cargo de vicepresidenta de la Confederación Suiza para el 2014. El 3 de diciembre de 2014 fue elegida a la presidencia de la Confederación para el año 2015 con 181 de 236 votos válidos.  

En la actualidad también es jefa del Departamento Federal del Medio Ambiente, Transportes, Energía y Comunicación. 

Según su experiencia, Sommaruga contó en dialogo con untoday.org que “Suiza tiene dos grandes retos por delante.

El primero es la descarbonización, donde ve una gran oportunidad para el país, ya que si se marca un camino claro -ahora- se generarán muchos puestos de trabajo en nuevas tecnologías, con ocupaciones adecuadas para el futuro y oportunidades de exportación. Por otro lado, y subraya, “tenemos que alejarnos del petróleo, el carbón y el gas y obtener nuestra energía de fuentes limpias. Si no hacemos nada, nuestros glaciares seguirán derritiéndose, las islas se hundirán en otros lugares, los incendios y las inundaciones devastarán regiones enteras y aún más personas vivirán en la penuria y la miseria. Esta es la única manera de detener el calentamiento”. 

“El segundo gran reto -continúa la líder política-, está asociado a la transformación digital, a la que la pandemia ha dado un gran impulso. Sin embargo -y como toda transformación- implica riesgos. Señala que “tenemos que asegurarnos de que esta transformación no divida a nuestra sociedad entre los que siguen el ritmo y los que se quedan atrás. Debemos repensar y rediseñar nuestro enfoque de la educación”. Por otra parte, la digitalización plantea nuevas y mayores exigencias en materia de protección de datos, por lo que se hace hincapié en la necesidad de proteger y defender los derechos fundamentales de los ciudadanos”.