La vida de Sanna Marin cambió radicalmente cuando el 10 de diciembre de 2019 fue elegida primera ministra de Finlandia, convirtiéndose en la primera ministra más joven del mundo. Y como si fuera poco, también se transformó en la persona más joven en ocupar ese cargo en la historia de su país.
Al Partido Socialdemócrata que hoy preside, llegó en el año 2014 cuando fue elegida como la segunda vicepresidenta. Al año siguiente fue elegida para ocupar una banca en el parlamento de Finlandia con 10.911 votos pertenecientes al distrito electoral de la Región de Tampere.
Su carrera política siguió en ascenso y el 6 de junio de 2019 se convirtió en Ministra de Transporte y Comunicaciones. Fue después de que Antti Rinne renuncie a su cargo como primer ministro, que el Partido Socialdemócrata de Finlandia designó a Sanna Marin como candidata para el cargo de primera ministra el 8 de diciembre de 2019. Dos días después, la licenciada en Ciencias Administrativas de entonces 34 años, toma el cargo acompañada por un gobierno de coalición de centro izquierda donde todas eran mujeres.
Al cumplirse un año de su mandato en diciembre del 2020, se ha elogiado su buen manejo de la Pandemia y se ha destacado su poder de escucha a las recomendaciones de los científicos y especialistas de su país: "Creo que algunas de las cosas que hemos aprendido en Finlandia es que es importante escuchar a los científicos para utilizar todo el conocimiento que existe y tomar decisiones audaces en situaciones de incertidumbre", señalaba para BBC la primera ministro.
En relación a la inevitable postergación de implementación del programa de igualdad impulsado por Marin y acordado en 2019 por los cinco partidos de la coalición, como consecuencia del estallido del Coronavirus a principios de 2020, vale recordar que el programa busca "hacer de Finlandia un país líder en igualdad", y para eso contempla una distribución más uniforme entre los padres de los permisos familiares y el cuidado de los hijos, el fortalecimiento de la paridad y la igualdad en la vida laboral y la reducción de la brecha salarial de género.
En cuanto a su vida personal, se sabe que Sanna tuvo una infancia difícil, que su padre alcohólico se separó de su madre cuando ella todavía era una niña. A los 15 años tuvo que combinar su estudio con trabajo en un supermercado para aportar algo de dinero a su humilde hogar. De todas formas, ha demostrado en distintas notas mediáticas, que la contención materna siempre estuvo muy presente. Al tiempo de divorciarse, es de público conocimiento que su madre forma una nueva pareja, en este caso una mujer, con quien proyecta un nuevo hogar y la crianza en conjunto de Sanna.