Muchos de los inventos actuales surgieron de pequeños o grandes errores cometidos por científicos en una búsqueda alternativa. Este es el caso del producto creado por Patsy Sherman en el año 1952 al que llamó Scotchgard, uno de los repelentes de manchas y polvo más famoso y usado en Estados Unidos.
A Sherman, que trabajaba en la empresa 3M, se le había asignado el desarrollo de un material de caucho que resistiera el deterioro de los combustibles de los aviones a reacción. Un día, una asistente de laboratorio derramó algunos de los productos químicos de Sherman en sus nuevas zapatillas de tenis de lona blanca. Nada funcionó para limpiar las gotas.
Mientras que el resto del zapato se ensuciaba y manchaba, una mancha permanecía limpia. Sherman y su colega químico de 3M, Samuel Smith, vieron una oportunidad y, varios años después, lo tomaron como parte del desarrollo de un polímero fluoroquímico que podría repeler el aceite y el agua de las telas. Con éxito, la invención se conoció y patentó como Scotchgard.
Otra de las patentes de Sherman es el primer "abrillantador óptico" que permitió a los fabricantes de detergentes alardear de que sus prendas lavadas con jabón eran "más blancas que el blanco".
Patsy O'Connell, que más tarde todos conoceríamos como Sherman, nació el 15 de septiembre de 1930. Recuerda en su biografía que, cuando estaba en la escuela secundaria se negó a aceptar los resultados de una prueba de aptitud para niñas que indicaba que su mejor carrera profesional solo podía ser "ama de casa". Ella estaba segura de que podría cursar una carrera científica, que pudiera aportar algo a la sociedad.
Luego de varios días de insistir a sus docentes en que se le permitiera tomar la prueba que se les da a los niños, lo logró.
Tras finalizar su escuela, se anotó en la carrera de Química y Matemáticas en Gustavus Adolphus College en St. Peter, Minnesota, convirtiéndose en la primera mujer en graduarse en el año 1952.
Al poco tiempo de recibida, aceptó un trabajo "temporal" en 3M, trabajando en un contrato para desarrollar nuevas líneas de combustible para aviones a reacción utilizando fluoroquímicos. Vale aclarar que en aquella época, todas las mujeres contratadas para labores de laboratorio se consideraban empleadas temporales porque se suponía que se casarían, tendrían hijos y se irían.
Si bien Sherman se casó y tuvo hijos, nunca se fue e incluso, sorprendió a todos llegando a tomar el cargo de gerente de desarrollo técnico, rol que ejerció hasta que se jubiló en 1992.
Entre los reconocimientos recibidos, Sherman fue la primera mujer incorporada a la prestigiosa Sociedad Carlton de 3M en 1974, la cual rinde homenaje a los mejores científicos de la empresa, y fue nombrada al Salón de la Fama de los Inventores de Minnesota en 1989 y el Salón de la Fama de los Inventores Nacionales en 2001.
Sherman recibió muchos otros honores durante su carrera:
Fue miembro de la American Chemical Society durante más de 50 años.
La Sociedad Estadounidense para la Educación en Ingeniería la honró con el Premio al Servicio Distinguido Joseph M. Biedenbach en 1991.
Fue una de los 37 inventores a los que se pidió hablar en la celebración del 200 aniversario de las Oficinas de Patentes y Marcas de los Estados Unidos en 2002.
Sherman murió el 11 de febrero de 2008 a los 77 años. Su amor por la ciencia sigue vivo en sus dos hijas, quienes también eligieron carreras científicas.