Con 22 años recién cumplidos y luego de completar sus estudios en matemática e informática en la Universidad de Paris-Dauphine, Marie Ekeland ingresó como científica informática en el banco de inversión JPMorgan Chase en Nueva York.
En 1998 regresó a Paris, su lugar de origen, para completar sus estudios con una maestría en "Análisis y política económica" en la École des Hautes Etudes en Sciences Sociales. Dos años más tarde ingresó en la porción de mercado dedicada a capital riesgo, en aquella oportunidad para Crédit Agricole Private Equity. En ese momento conoció a Xavier Lazarus, quien le propuso unir fuerzas con Elaia en 2005, el fondo de capital de riesgo especializado en economía digital que había fundado hacía tres años.
Su trabajo se destacó en esta empresa cuando en el 2006 participó en la inversión de Criteo, una start-up francesa que permitió a Elaia recuperar 60 veces su participación inicial. En 2012 cofundó el lobby France digitale para promover la economía digital entre las autoridades públicas.
En 2015 cofundó Daphni, un fondo de inversión especializado en economía digital que, según ella lo describe, se trata de un nuevo tipo de empresa de capital riesgo basada en la economía de plataforma. A los pocos meses de lanzarse, el fondo de inversión recaudó 150 millones de euros de inversores como Fnac Darty, Nokia y Société Générale.
Con una participación de 4 millones de euros en Agricool, una start-up francesa que prevé acondicionar contenedores para el cultivo de frutas y hortalizas en la ciudad, se presentó Daphni en el mercado haciendo su primera gran inversión.
Ahora está detrás de un nuevo proyecto al que llamó “2050”, un desafío que busca combinar la tecnología con el capital de riesgo centrándose en cinco áreas fundamentales: el futuro de la alimentación, una mejor atención médica, mejorar la educación, dar forma a un estilo de vida sostenible y fomentar la confianza en los medios de comunicación y las instituciones financieras.
2050, entre sus objetivos, también planea dedicar el 10% de las inversiones en el fondo y el 50% de la participación del equipo en bienes comunes digitales y, por ejemplo, contribuir a la clase de la Université Paris Dauphine sobre los desafíos ecológicos del siglo XXI.