Judit Polgar: la mejor jugadora de ajedrez de la historia
Con 15 años logró el título de Gran Maestro Internacional de tal año, convirtiéndose en la persona más joven en obtenerlo. Además, es la única mujer que ha conseguido figurar entre los diez primeros ajedrecistas de la clasificación mundial.

Judit fue educada junto a sus otras dos hermanas, Susan y Sofía, de una manera poco convencional: Solo asistían a clases para los exámenes, y el resto del tiempo se dedicaban a viajar, aprender idiomas, y leer acerca de los temas de su interés. Las 3 tienen el don de la memoria fotográfica y demuestran ser dueñas de una mente brillante. 

En diversas entrevistas públicas, Judit consideró que gran parte de ese talento, en relación a la memoria que posee, podría ser hereditario, y otra gran parte gracias a la educación recibida.  

Nacida en Budapest, Hungria, comenzó jugar ajedrez desde muy pequeña como parte de su formación académica.  
Su padre, László Polgár, organizó para ella y sus hermanas un programa educativo particular en donde el ajedrez se encontraba presente en un lugar destacado. 

Además, insistía en que ninguna de sus hijas jugara en torneos exclusivamente para niñas, sino que sean incluidas en espacios mixtos.  Con este método, László Polgár demostró que los niños pueden conseguir logros excepcionales si se les forma en una materia especializada desde una edad muy temprana.  

Los resultados quedaron a la vista:  Polgár obtuvo el título de Gran Maestro en 1991 a los quince años, y ese mismo año logró la victoria en el Campeonato de Hungría. En los siguientes años, obtuvo triunfos en los torneos de Hastings (1992-1993) y en Madrid (1994), derrotando a jugadores como Gata Kamsky, Shírov o Valeri Sálov.  
Por otra parte, en 2002, venció a Gari Kaspárov en rápidas, convirtiéndose en la primera mujer en lograrlo.  

Desde que se retiró de los torneos en el 14 de agosto de 2014, Judit divulga el ajedrez en escuelas y promueve la incorporación de más niñas y adolescentes a este deporte. Considera que es importante que se eduque a todos por igual, demostrando que tanto un niño como una niña son capaces de aprender y destacarse como ajedrecistas. 

En esa línea, en una entrevista realizada por el periodista Leontxo García para diario El País, Polgar respondía por qué consideraba que eran tan pocas las mujeres que juegan al ajedrez en el mundo entero. Ella respondió con suspicacia:  “La clave es la educación y la sociedad. Los entrenadores de chicos de gran talento les dicen que pueden ser campeones del mundo; los de chicas de gran talento, que pueden ser campeonas femeninas. Eso es un tremendo error”. Y recuerda: “Mi suegra le dijo a Hanna que la admiraba mucho por lo guapa y simpática que era, por lo bien que bailaba y, además, porque es muy inteligente. Sé que lo hizo con el mayor cariño, pero la corregí, porque tendría que haberlo dicho en el orden inverso”. 

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