Nacida en el año 1872, en Cracovia, en el seno de una familia humilde, Helena desvió su destino de ama de casa y esposa de un hombre elegido por sus padres al decidir irse a Australia a concretar sus sueños.  

Por aquellas épocas, sabemos que las mujeres muy pocas veces salían a las calles, y de hacerlo maquilladas, serían vistas como actrices o prostitutas.  

Para ella, ese concepto era banal, y decidió revolucionar la cosmética de la época avalando que todas las mujeres podían maquillarse si así lo desearan sin importar su clase social.  
Una vez instalada en Australia en la casa de unos familiares, debió comenzar a trabajar para sustentarse. Así fue como inició ayudando al boticario del pueblo a formular productos. Fue allí en donde creo la crema hidratante que en pocos años la convirtió en la empresaria de productos cosméticos más popular del siglo XIX. Las mujeres solían tener el cutis seco por los intensos rayos de sol, y al recordar aquellas frases de su madre, quien la convencía de que para casarse algún día debería de cuidar su aspecto físico, ella combinó su saber y su necesidad de lanzar algo nuevo en el mercado y que hoy no tenemos dudas de que resultó un verdadero éxito. 
La marca de cosmética internacional que perdura al día de hoy y que lleva su nombre tuvo sus inicios en una pequeña tienda de Melbourne. 

Allí también abrió su primer centro de belleza al que llamó "Valaze", mismo nombre que lleva su crema hidratante más popular.  Más tarde, también se dedicó a investigar y producir  las primeras máscara de pestañas resistente al agua y las primeras cremas con factor de protección. 

Helena empezó a levantar grandes ingresos vendiendo el cosmético a las mujeres de Australia, poco acostumbradas a proteger su piel y quitando el estigma de una cosmética que, hasta ese momento, era un monopolio de las llamadas "mujeres de vida alegre". 

Cuando cumplió los 30 años se mudó a Paris, en donde conoció el mundo del arte, el cual le inspiraba a la hora de diseñar sus centros de belleza. 

Sin saberlo, cuando Helena invitó a su familia a vivir con ella, habiendo aceptado todos menos una de sus hermanas, logró salvarlos del Holocausto que años más tarde acabaría con la vida de miles de polacos.  
Ella, además de sus cremas, vendía un concepto: "La belleza es poder". Y gracias a ese lema terminó consiguiendo financiación para su emprendimiento por parte de importantes bancos, una situación que era casi imposible para las mujeres de la época.  

En la Segunda Guerra Mundial decidió emigrar a Estados Unidos, donde su marca creció exponencialmente. Para 1931 era la mujer más rica de Estados Unidos y a finales de los años 40 contaba con 14 fábricas y 40.000 empleados.  Al poco tiempo también abrió sede en París, Londres y Tokio en 1956.