Eva Luckes, una de las primeras enfermeras profesionales de la historia
Eva introdujo importantes reformas en la enfermería de la época junto a su mentora Florence Nightingale, con quien en 1887 fundaron la British Nurses Association para regular y mantener un registro de enfermeras y darles el estatus profesional que se merecían. Además, fundó un centro de entrenamiento práctico para las primeras prácticas. Durante 39 años trabajó en el Hospital de Londres.

Promediando el siglo XIX, la comadrona y posterior enfermera profesional Eva Lockes accedió a esta profesión entre muy pocas mujeres de la época, motivada por sus primeras experiencias ayudando enfermemos junto a su madre en su casa de origen. 

El 8 de julio de 1854 nacía Eva Abigail Charlotte Ellis Luckes en una familia de clase media alta en la ciudad de Exeter, Devon. Su padre, Henry Richard Luckes, era un banquero que había establecido un hogar confortable para su familia en Newnham, Gloucestershire. 

Al cumplir los 22 años, Eva inició su formación en septiembre de 1876, finalizándola luego de atravesar diversos obstáculos de salud dos años más tarde, con las prácticas en el Hospital de Westminster. En esos meses fue nombrada hermana nocturna en el Hospital de Londres, donde permaneció durante tres meses antes de convertirse en superintendente en el Manchester Hospital General para Niños Enfermos en Pendlebury. 

Según se detalla en más de una de su biografía, Eva renunció a este cargo después de confrontar con el comité médico por intentar promover reformas en el nivel de formación de enfermeras.  Al tiempo buscó consejo en la referente de la época en enfermería, Florence Nightingale, quien terminaría por convertirse en su mentora. 

Ellas crearon juntas varias instituciones de estudio y en el año 1887 fundaron la British Nurses Association con el principal objetivo de regular y mantener un registro de enfermeras y darles el estatus profesional que se merecían. Pero sus métodos novedosos, que exigían largas horas de práctica por encima del estudio teórico, fueron ampliamente criticados. 

Luckes también introdujo la Escuela de Entrenamiento Preliminar en 1895 en Tredegar House, con el fin de que las nuevas enfermeras en período de prueba pudan familiarizarse con el trabajo antes de ingresar a las salas. También era una forma de que las matronas a cargo evaluaran si la futura enfermera era adecuada o no. La Escuela de Entrenamiento Preliminar se trasladó a un edificio construido especialmente en 1911?12 por el arquitecto y topógrafo del hospital, Rowland Plumbe, quien donó £ 5,000 para el costo de las obras de construcción. El segundo edificio también se conocía como Tredegar House 

A lo largo de su vida, Eva logró introducir importantes reformas en el proceso educativo, tanto teórico como práctico, de las futuras enfermeras inglesas, además de estudiar y proponer cambios sustanciales en el sistema sanitario. Su experiencia como comadrona la expuso en un libro publicado en 1884 bajo el título de General Nursing, obra que tuvo muchas reediciones y fue utilizado como manual indispensable para futuras enfermeras y comadronas. 

En una última carta a Florence Nightingale, Eva expresó todo su agradecimiento por la ayuda incansable recibida, destacando su "escucha paciente y brillante”. Decía: “hay tantas diferencias en las formas de escuchar como en las formas de hablar, ¿no es así? Ayer salí de tu habitación sintiéndome mucho mejor por haber estado contigo".  

Su saludo comenzó a debilitar hacia principios del siglo XX debido a sus progresiva diabetes, cataratas y artritis, En 1919, enfermó gravemente y fue atendida por hermanas del hospital. Murió el 16 de febrero de 1919, después de haber sido matrona de The London durante 39 años. La incineraron y sus cenizas reposaron detrás de una placa en el lado norte de la Iglesia de San Felipe, ahora la Biblioteca de la Escuela de Medicina.