Bertha Benz, la primera en conducir un automóvil
Esposa y compañera de negocios del inventor del automóvil, Carl Benz, con quien inventó en 1886 un vehículo motorizado de tres ruedas conocido como Benz Patent-Motorwagen. También creó la pastilla de freno para automóviles

Bertha perteneció a una familia adinerada de Pforzheim, Gran Ducado de Baden. Antes de casarse, invirtió parte de su fortuna en una compañía constructora de hierro. Dos años después se casó con Karl Benz y dada la legislación alemana de aquella época, quedó impedida de continuar decidiendo cómo y cuándo invertir, a pesar de que se tratara de su patrimonio de origen. 

Su esposo se trasladó a una nueva empresa de fabricación, Benz & Cie, sin embargo él continuaba utilizando el patrimonio de Bertha como apoyo financiero. Para 1885 terminó su proyecto dell primer carruaje sin caballos, o mejor dicho, un coche de tres ruedas estaba propulsado por un único cilindro de 2,5 caballos de fuerza de combustión interna utilizando un motor de cuatro tiempos y que podía alcanzar una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora. Dada la legislación de la época, Bertha tampoco podía solicitar la patente de dicho invento a pesar de ser inversora del mismo, nuevamente, por estar casada. 

Bertha, que se la recuerda como una mujer con mucha confianza en sí misma y sumamente intrépida, decidió que sería la primer persona en manejar un automóvil aunque las autoridades no lo aprobaran. Así fue como en agosto de 1888, sin avisar a su marido y con la complicidad de dos de sus cinco hijos, Richard y Eugen de trece y quince años respectivamente, protagonizaron ese primer viaje de larga distancia en el nuevo Benz Patent-Motorwagen desde Mannheim hasta Pforzheim, de aproximadamente 106 kilómetros.  

Aunque el aparente propósito del viaje era visitar a su madre, lo que deseaba Bertha en realidad era demostrar a su marido que su invento podría ser un éxito financiero una vez que se demostrara lo útil que podría resultar para el público en general. 

El viaje, sin lugar a duda,  fue un acontecimiento clave en el desarrollo técnico del automóvil y los inconvenientes mecánicos que se fueron presentando, una hoja de ruta perfecta para entregar en manos de mecánicos antes de popularizar el prometedor automóvil.  

Entre las sugerencias principales que realizó Bertha al regresar del viaje, se encuentra la introducción de un engranaje adicional para subir colinas, y forros de cuero para mejorar la potencia del freno. Su viaje le probó a la naciente industria automotriz que los paseos de prueba eran esenciales para el progreso del negocio. 

En 2011, se celebró el primer Bertha Benz Challenge (Desafío Bertha Benz) en dicha ruta, para automóviles con nuevas tecnologías en desarrollo (híbridos, eléctricos, de hidrógeno) y con el lema movilidad sostenible en la vía para automóviles más antigua del mundo”. 

Para sentirnos más cerca de la experiencia de Bertha, compartimos un fragmento de la película que retrata aquel primer viaje decisivo en la historia del automóvil.