Ayla Hutchinson forma parte de una saga familiar con tradición inventora. El padre de Ayla es ingeniero y ya ha creado varios aparatos que se han convertido en éxito de ventas. El bisabuelo poseía un negocio relacionado con la ingeniería. Y su tío George Fell Hutchinson, también ingeniero, revolucionó a Nueva Zelanda con inventos para el campo y la agricultura como un cilindro hidráulico para el riego o una bomba aspiradora para ordeñar vacas.
Cuando Ayla cumplió los 13 años estaba decidida a crear eso que ella consideraba imprescindible y que día a día observaba como faltante entre sus vecinos y conocidos del barrio: un cortador de madera seguro.
Con un mecanismo sencillo, el cilindro de hierro al que llamó "Kindling Cracker" tiene incorporada una sierra en la parte inferio, que corta y sirve como punto de apoyo. De esta manera, solo hay que colocar el trozo de madera dentro del cilindro y sobre la sierra, y posteriormente dar un golpe fuerte y seco.
Según la página web de Kindling Cracker, pesa unos cinco kilos y es capaz de cortar listones de madera de hasta unos 15 centímetros de diámetro. Su precio ronda los 80 dólares australianos.
¿Cuántas veces se nos ocurren buenas ideas pero por falta de tiempo, confianza o perseverancia, no alcanzamos a concretarlas?
Ayla no sólo lo concretó, sino que ahora lo perfeccionó y lo comercializa en todo el mundo. Sin duda, es una innovadora de gran inspiración para las generaciones más jóvenes.