Anya Pogharian inventó una máquina de diálisis portátil y económica
Tenía 17 años cuando desarrolló Dialysave, una máquina de diálisis de bajo costo, en su sótano para una clase de ciencias de su escuela.

Anya fue impulsada a crear este dispositivo mientras era voluntaria en la unidad de diálisis del hospital, destinó unas 300 horas para desarrollar una máquina de diálisis económica y portátil, intentando ayudar de este modo a los pacientes que se pasaban horas en el hospital varias veces por semana, a donde debían acudir sin excepción para realizar el tratamiento.  

Nacida en Montreal, Canada, la joven inventora nunca imaginó que su proyecto de feria de ciencias alcanzaría el interés internacional y abriría puertas laborales en todo el mundo. 
"India, Australia, Rusia, Armenia, como en todas partes, simplemente en todas partes. América del Sur. Lo que sea, recibí un mensaje de allí", comentó en varias ocasiones.  

Por su parte, la empresa de atención médica Baxter Corp., con sede en Ontario, se ofreció a patrocinarla y proporcionarle filtros. 
Es válido recordar que la diálisis es el proceso de limpiar los desechos de la sangre. Por lo general, se usa para personas que tienen enfermedad renal y se trata de un tratamiento dura unas cuatro horas un par de veces por semana. 

Anya también recuerda de manera pública en diversas entrevistas que otra de las grandes motivaciones para el desarrollo de su primer invento sucedió luego de  enterarse de que “el diez por ciento de los pacientes que viven en India y Pakistán que necesitan el tratamiento no pueden pagarlo o no pueden recibirlo de ninguna manera". 

Cuenta que para comenzar a diseñar su propia máquina de diálisis de bajo costo acordó una primera reunión con un nefrólogo. También se dedicó a aprender como funcionan las máquinas de hospitales leyendo manuales de usuario en Internet. Un día, recuerda, compró los componentes esenciales: una bomba, sensores de temperatura y presión, y un filtro. Luego diseñó un circuito, un detector de burbujas de aire y un micro controlador. Todo eso dice que costó unos 600 dólares, una quinta parte de las máquinas de diálisis que en ese momento había en el mercado.

Luego de 300 horas de trabajo, presentó el primer prototipo en su escuela con el que se ganó el tercer premio en la Feria de Ciencias de Canadá. 

Para conocer más de su invento sugerimos el siguiente video: