Agustina de la Torre y González de Castañeda, una de las primeras mujeres empresarias del siglo XVIII
Fue Condesa de Campo de Alange (desde 1762) y empresaria ganadera durante dos largas décadas. Se la reconoció en Europa por las exportaciones de sus lanas con llegada a las plazas de Londres, Bristol, Ámsterdam, París y Rouen.

Agustina nació en Madrid, el 4 de septiembre de 1712 en una familia de la alta sociedad. Hija de Antonio de la Torre Manzanal, natural del Valle de Villaverde y empadronado como hidalgo en 1686, fue procurador general, consejero de Hacienda y caballero de Santiago en 1706. En 1709 se trasladó a Madrid y se casó en segundas nupcias con Lucía González de Castañeda y Pérez de Gamboa, madrileña de ascendencia cántabra. 

Se casó joven, en el año 1735, con Ambrosio José de Negrete y Ampuero, regidor perpetuo de Madrid, ministro de la Junta de Abastos y futuro I conde de Campo de Alange (título que Carlos III concedió el 31 de octubre de 1760, con RD expedido el 29 de enero de 1761). Unos años más tarde, Ambrosio tomó la posesión de una imponente cabaña merina que ya había sido en el año 1756, la mayor poseída por un residente en Madrid, con más de 40.000 ovejas merinas y 3.000 cabras. 

Ella aportó al matrimonio, además de su dote, la cultura financiera y empresarial de su familia, lo que le permitió convertirse al enviudar en 1762, en la titular de la explotación familiar del mayorazgo. Cuando esto ocurrió, Agustina no solo se hizo cargo del título, sino que además se arriesgó (con éxito) en la compra de grandes dehesas: Cotadilla, Manjuanes, Bercial de Hornachos y Piñuela. 

Durante más de dos décadas dirigió la explotación ganadera, comercializando sus cueros y lanas que exportaba en las plazas de Londres, Bristol, Ámsterdam, París y Rouen. 
A lo largo de su vida la actividad empresarial de la condesa se había basado en tres grandes líneas de negocio: La administración de abastos y la explotación de rentas a escala nacional, actividad ganadera y la actividad financiera nacional e internacional. 

Un día antes de su muerte, Agustina dejó ordenados diversos legados en metálico para el convento de Castellón. Sus hijos fueron Manuel, por quien continuó la línea, II conde de Campo Alange, I marqués de Torre-Manzanal, teniente general, ministro de la Guerra y embajador con Carlos IV, ministro de Asuntos Exteriores y embajador con José I; José, militar, sin sucesión; y Manuela, que casaría con el marqués de Villamagna y de Gelo, también sin sucesión.