Mary Ann Brown se convirtió en la primera mujer en comandar un barco mercante estadounidense. Su esposo, Joshua Patten, era el capitán de un barco velero estadounidense.
En 1856, Joshua enfermó y quedó inconsciente durante un viaje de Nueva York a San Francisco, dejando a su esposa de 19 años a cargo de navegar el barco. A pesar de estar embarazada, Mary Patten comandó el barco durante 56 días, enfrentó un motín e incluso leyó libros de medicina para mantener con vida a su esposo.
Las acciones heroicas de Mary la hicieron popular y le valieron un premio de $1,000. Sin embargo, humildemente declaró que solo estaba cumpliendo "el deber simple de una esposa".
El valiente acto de Mary Ann Brown desafió las normas de la época, donde el mando de los barcos era considerado un territorio exclusivamente masculino. Su determinación y habilidad para tomar decisiones en situaciones difíciles demostraron su capacidad como marina competente y fuente de inspiración para otras mujeres.

La historia de Mary Ann Brown destaca el coraje y la fortaleza de las mujeres en una sociedad dominada por los hombres. Su contribución pionera allanó el camino para futuras mujeres que desearan perseguir carreras marítimas.
Aunque Mary Ann Brown pudo haber sido recompensada por su valentía, su modestia y dedicación a su esposo muestran la verdadera esencia de su carácter. Su determinación de asumir responsabilidades más allá de los roles tradicionales de género es un testimonio de la capacidad de las mujeres para sobresalir en cualquier campo que elijan.
La historia de Mary Ann Brown sigue siendo un recordatorio de la importancia de reconocer y valorar las contribuciones de las mujeres en la historia marítima y en todos los ámbitos de la sociedad. Su legado continúa inspirando a las generaciones futuras a superar los obstáculos y a seguir sus pasiones, sin importar los estereotipos de género que puedan enfrentar.
En un mundo en constante cambio, es fundamental recordar a figuras como Mary Ann Brown, cuyo coraje y determinación abrieron camino a una mayor igualdad y oportunidades para las mujeres en la industria marítima. Su historia nos enseña que el género no debe ser una barrera para perseguir nuestros sueños y alcanzar el éxito en cualquier campo que elijamos.