María Zambrano Alarcón (Vélez-Málaga, Málaga, 22 de abril de 1904 - Madrid, 6 de febrero de 1991) es una de las filósofas más importantes de la historia contemporánea española. Su vida y obra son testimonio de una época tumultuosa y de una mente dedicada a explorar los rincones más profundos del pensamiento humano.

Nació en Vélez-Málaga y a los cuatro años se trasladó a Madrid y luego a Segovia, donde pasó su adolescencia. En 1924, comenzó sus estudios de Filosofía en Madrid, y asistió a clases de destacados intelectuales como José Ortega y Gasset, Manuel García Morente, Julián Besteiro y Xavier Zubiri. Durante este periodo, participó activamente en movimientos estudiantiles y colaboró con diversos periódicos. Su primera obra, *Nuevo del liberalismo* (1930), surgió en un contexto de intensos acontecimientos políticos.
En 1931, comenzó a ejercer como profesora auxiliar de la Cátedra de Metafísica en la Universidad Central. Un año después, colaboró en publicaciones de renombre como la *Revista de Occidente*, *Cruz y Raya* y *Hora de España*. En estos años, entabló amistad con miembros de la Generación del 27, como Luis Cernuda, Emilio Prados, Miguel Hernández y Jorge Guillén. Su vida social e intelectual se enriqueció aún más con un viaje a La Habana, donde conoció a José Lezama Lima y dio una conferencia sobre José Ortega y Gasset.
Con el estallido de la Guerra Civil Española, Zambrano regresó para colaborar con la República, residiendo en Valencia y Barcelona hasta 1939, año en que cruzó la frontera francesa hacia el exilio. Su vida en el extranjero la llevó por ciudades como París, Nueva York y La Habana, hasta que se estableció en México. En México, impartió clases de Filosofía en la Universidad de San Nicolás de Hidalgo de Morelia y conoció a figuras como Octavio Paz y León Felipe. Fue un periodo de intensa actividad literaria, marcado por el exilio, durante el cual publicó *Pensamiento y poesía en la vida española* y *Filosofía y poesía*.
En 1946, tras pasar por la Universidad de Puerto Rico, se trasladó a París, donde conoció a Albert Camus y René Char. Posteriormente, vivió en La Habana y en Roma, donde escribió algunas de sus obras más importantes, como *El hombre y lo divino*, *Los sueños y el tiempo* y *Persona y democracia*. En Roma, Zambrano se relacionó con intelectuales italianos como Elena Croce y Victoria Guerrini, así como con otros exiliados españoles como Ramón Gaya, Rafael Alberti y Jorge Guillén.
En 1964, Zambrano se trasladó a Francia, donde su propuesta filosófica adquirió un tono místico, reflejado en obras como *Claros del bosque* y *De la Aurora*. Su reconocimiento en España comenzó a consolidarse en 1966 con el artículo *Los sueños de María Zambrano* de José Luis López Aranguren en la *Revista de Occidente*. En 1981, recibió el Premio Príncipe de Asturias y fue nombrada doctora honoris causa por la Universidad de Málaga.
Finalmente, regresó a España, donde continuó su actividad intelectual, dedicándose a la reedición de obras y a la escritura de numerosos artículos. En 1988, el Ministerio de Cultura de España le otorgó el Premio Miguel de Cervantes de Literatura, culminando así el reconocimiento a su vasta y profunda obra.
La vida de María Zambrano es un ejemplo de compromiso con el pensamiento y la búsqueda incansable de la verdad, incluso en las circunstancias más adversas del exilio. Su legado sigue siendo una fuente de inspiración y reflexión para las generaciones futuras.