Madge Syers: La Pionera del Patinaje Artístico Femenino

En el siglo XIX, el patinaje sobre hielo se convirtió en una pasión para Madge Syers, una joven británica de espíritu valiente y atlético. Nacida como Florence Madeleine “Madge” Cave, Madge era la más deportista de 15 hermanos y destacaba en disciplinas como la natación y la equitación. Sin embargo, su verdadera pasión se encontraba en el hielo, donde brillaría como ninguna otra mujer lo había hecho antes.

Madge se unió al exclusivo Prince's Skating Club de Londres, reservado para los mejores patinadores británicos de la época. Fue en este club donde conoció a Edgar Syers, un apasionado del patinaje artístico que se convertiría en su entrenador y, posteriormente, en su esposo. Juntos, escribieron un libro titulado "The Art of Skating: International Style" (El arte del patinaje: el estilo internacional), en el que compartían técnicas y métodos para dominar este deporte.

Florence "Madge" Syers, Summer Olympics 1908 in London.

En 1902, Madge Syers decidió desafiar el statu quo del patinaje artístico internacional. Si bien el deporte era popular tanto para hombres como mujeres en Inglaterra durante los meses de invierno, las competiciones oficiales solo permitían la participación de hombres. Sin embargo, esto no detuvo a Madge, quien se convirtió en la primera mujer en competir en un Mundial de patinaje artístico.

Inicialmente, los jueces intentaron prohibir su participación, pero al no existir reglas explícitas que lo impidieran, finalmente le permitieron competir. Madge sorprendió a todos con su actuación brillante y logró la medalla de plata, quedando solo por detrás de Ulrich Salchow. Su valentía y talento allanaron el camino para que la Federación Internacional de Patinaje sobre Hielo (ISU) creara una categoría femenina en los campeonatos.

En aquel entonces, Madge competía con faldas hasta los tobillos, lo que dificultaba que los jueces apreciaran completamente sus movimientos. Para solucionar esto, adoptó una nueva tendencia en el vestuario femenino del patinaje, usando faldas hasta los gemelos.

Pero Madge no se conformó con un solo logro. Continuó compitiendo en el Campeonato Británico, donde incluso superó a su propio esposo, Edgar. Además, ganó dos veces el nuevo Mundial femenino antes de enfrentar un desafío aún mayor: los Juegos Olímpicos.

En los Juegos Olímpicos de Londres 1908, Madge hizo su debut en la pista olímpica y también fue la primera vez que el patinaje artístico se incluyó en el programa olímpico. En este evento histórico, los patinadores competían en cuatro disciplinas: masculina, masculina especial, femenina y parejas mixtas.

Madge y Edgar Syers, queridos por el público local, ganaron la medalla de bronce en parejas mixtas. Sin embargo, el momento de mayor gloria para Madge llegó con su actuación impecable en la competición femenina, donde logró la medalla de oro olímpica. Se convirtió así en la primera mujer en ganar dos medallas en unos mismos Juegos Olímpicos.

Lamentablemente, la vida de Madge Syers fue corta, y falleció a los 35 años debido a una enfermedad cardíaca. Aunque su partida fue temprana, su legado perdura en el patinaje artístico femenino. Madge será siempre recordada como la mujer valiente que desafió las normas establecidas, allanando el camino para que las mujeres brillen en este deporte que continúa siendo uno de los más populares en los Juegos Olímpicos de Invierno. Su coraje e innovación abrieron las puertas para las generaciones de patinadoras que la han seguido, y su nombre quedará grabado en la historia del patinaje artístico para siempre.