La viuda Clicquot: La gran dama del champán
La primera mujer en dirigir una empresa vitivinicultora de champán y convertirla en un imperio

El mundo del champán tal como lo conocemos hoy en día no sería el mismo sin la visión y el legado de Barbe-Nicole Ponsardin Clicquot, conocida como la Veuve Clicquot (Reims, 1777 - Boursault, 1866). Fue la primera mujer en dirigir una empresa vitivinicultora de champán e introdujo nuevas técnicas que le permitieron consolidarse como una de las mejores productoras del mundo. 

Nacida en Reims, Francia, en 1777, la hija del barón Ponce-Jean Nicolas Ponsardin. Barbe-Nicole creció en una época en la que la elaboración de champán era una actividad poco común y destinada principalmente a las cortes europeas. En 1798 se casó con François Clicquot, que provenía de una familia de banqueros y comerciantes textiles que en 1772 se habían embarcado en el mundo del vino. Como curiosidad, el enlace tuvo lugar en una cava, oficiado por un sacerdote refractario que regaló a la pareja un libro de Dom Pérignon.

Veuve Clicquot

Al enviudar de su marido en 1805 y con solo 27 años, decide hacerse cargo del negocio familiar convirtiéndose en una de las primeras empresarias modernas. 

Al frente de la compañía, y asociada el reputado enólogo Alexandre Fourneaux, a instancias de su suegro, Madame Clicquot demuestra su destreza innovadora al crear el primer champán añejo registrado en la región en 1810 y, ayudada también por un periodo de excelentes cosechas, el volumen de negocio va en ascenso.

En 1814, desafiando la vigilancia militar, logra enviar 10.550 botellas de vino a San Petersburgo, Rusia, superando el embargo continental que hacía estragos en Europa. Su champán tuvo una bienvenida triunfal y fue elogiado por Pushkin, Chéjov y Gogol. Cuando la prohibición rusa se levantó, ella ya tenía una ventaja crucial, y los rusos se enamoraron de su champán.  

En 1817 introduce una innovación trascendental que mejoró la calidad del champán y simplificó su producción y que aún se utiliza hoy: el "remuage" o removido que consiste en girar diariamente las botellas y cambiar progresivamente el ángulo en el que estas se sitúan sobre la tabla de reposo con el objetivo de que todo el sedimento se concentre en el cuello de la botella, logrando así que el champán se vuelva cristalino y uniforme. Es un proceso casi ritual que puede durar hasta seis semanas. Además, introdujo la etiqueta amarilla distintiva en sus botellas, un detalle que la diferenciaba de la competencia, aunque esta no fue registrada hasta 1877.  En esta época, sus colegas comienzan a llamarla "La gran dama del Champán".  

Y si pensaban que el champán rosado es algo muy moderno, pues no. Ya había productores que lo elaboraban añadiendo un preparado a base de saúco pero Madame Clicquot, en 1818, crea el primer "rosé d'assemblage" mezclando algunos de sus vinos tintos Bouzy con su champán.

La viuda Clicquot falleció en 1866, con 88 años. En aquel momento, la casa Veuve Clicquot Ponsardin comercializaba 750 000 botellas y enviaba su producción a numerosos países. Resulta curioso que no pasara el relevo a su hija a la que aprató del negocio casándola con un “ocioso y llamativo aristócrata playboy” según su biógrafa Tilar J. Mazzeo.

Tras su muerte, este imperio siguió creciendo como la espuma, consolidando el legado de su impulsora pero son los herederos de sus socios los que siguieron gestionando el negocio que lleva su nombre.

En 1972, con motivo de su 200 aniversario, la Maison lanzó su prestigiosa cuvée añeja La Grande Dame y creó el Premio Mujer Empresaria Veuve Clicquot, un homenaje al espíritu emprendedor de Madame Clicquot.

En 1986, Louis Vuitton adquiere Veuve Clicquot que daría lugar el siguiente año a la empresa LVMH (Moët-Hennessy - Louis Vuitton).