En la nueva Galería de las Colecciones Reales, destaca una obra maestra colosal, 'San Miguel venciendo al demonio'. Detrás de esta impresionante escultura se encuentra una mujer que desafió los roles establecidos en su época para destacar en un mundo dominado por hombres: Luisa Ignacia Roldán, conocida como La Roldana, la primera mujer escultora de cámara de España.

Nacida en agosto de 1652, durante el reinado de Felipe IV, Luisa fue criada en un ambiente artístico en la casa de sus padres, el escultor Pedro Roldán y Teresa de Jesús de Mena y Ortega. La familia vivía rodeada de herramientas y obras en progreso, y Luisa creció aprendiendo y colaborando en el taller de su padre. Con nueve hijos, Pedro Roldán tenía más encargos de los que podía manejar, y sus hijos, incluida Luisa, se convirtieron en sus ayudantes.

Aunque no se posee mucha información sobre su infancia y juventud, se cree que Luisa tuvo un papel destacado en el taller paterno. Algunos expertos incluso sugieren que pudo haber coautorizado algunas obras junto a su padre. Su relación con Luis Antonio Navarro de los Arcos, también escultor y aprendiz de su padre, llevó al matrimonio en contra de la voluntad de Pedro Roldán. La oposición paterna llevó a Luisa a abandonar el hogar y casarse mediante mandato judicial.

El matrimonio, a cargo de Luis Antonio, continuó trabajando en el mundo competitivo de la escultura del barroco andaluz. Se cree que Luisa se especializó en la escultura de las piezas, mientras que su esposo se dedicó a la policromía. Su talento les valió numerosos encargos en Cádiz y otras localidades, y en 1684 se le atribuyó oficialmente su primera obra, el Ecce Homo de la Catedral de Cádiz.

En 1689, la familia se trasladó a Madrid, lo que les permitió acercarse a la nobleza y ampliar sus horizontes profesionales. Luisa comenzó a firmar sus propias obras y utilizó su recién adquirido nombramiento como Escultora de Cámara en 1692, otorgado por Carlos II de España. Aunque tuvo éxito, la situación económica de la pareja fue difícil, y a menudo recurrieron al rey para pedir ayuda.

En 1701, Luisa fue nuevamente nombrada Escultora de Cámara por Felipe V, quien valoraba su talento. Cinco años después, la Academia de San Lucas en Roma la distinguió como académica de Mérito, siendo la primera artista española en recibir tal reconocimiento.

A lo largo de su carrera, Luisa experimentó con diferentes estilos, desde el realismo hasta formas más suaves y cercanas durante su etapa madrileña, sin perder su fuerza expresiva. Sus obras recibieron numerosos encargos y se dispersaron por museos y colecciones en todo el mundo.

La obra más emblemática de La Roldana, 'El Arcángel San Miguel venciendo al demonio', se destaca en la nueva Galería de las Colecciones Reales tras una cuidadosa restauración. Luisa Roldán dejó un legado imborrable, abriéndose camino en un mundo dominado por hombres y demostrando su talento y valía como una figura pionera en la historia del arte español. Su nombre merece estar escrito con letras de oro en la historia del arte, y su obra continúa cautivando a generaciones de espectadores en todo el mundo.