Considerada por numerosos estudiosos de la historia del cine como la primera cineasta de la historia, la aportación al mundo del séptimo arte de Alice Guy Blaché fue infravalorada e invisibilizada por el mero hecho de ser mujer. Aunque es prácticamente una desconocida, en realidad Guy Blaché fue una directora revolucionaria que aportó muchas novedades a sus películas, llegando a producir más de mil cintas. El 22 de marzo de 1895, los hermanos Lumière proyectaron en París la que se considera la primera película de la historia: La salida de los obreros de la fábrica. Pero los hermanos franceses tenían una visión más bien científica del cine, de hecho nunca se interesaron por la vertiente artística ni comercial que ofrecía el invento. Tanto es así que serían otros quienes exploraron las oportunidades de contar historias que el nuevo arte sin duda tenía. Uno de aquellos pioneros fue Georges Méliès, considerado uno de los pioneros de la ficción cinematográfica. Sin embargo hubo otra persona que muy pronto comprendió las enormes posibilidades que tenía el cine, y supo ver el espléndido futuro que esperaba al que conocemos como séptimo arte. Y esa persona fue injustamente relegada al olvido por el mero hecho de ser mujer: hablamos de Alice Guy Blaché.
Alice Guy Blaché nació el 1 de julio de 1873 en Francia y se mudó a Estados Unidos a la edad de 23 años. En 1896, mientras trabajaba para el Gaumont Film Company en París, Guy Blaché dirigió su primera película, "La fée aux choux", considerada su obra inaugural en el mundo del cine. Con esta película, se convirtió en una de las primeras personas en utilizar efectos especiales en la pantalla.
En aquellos años, el cine se estaba convirtiendo en una nueva forma de entretenimiento, y Alice Guy Blaché fue una de las primeras en comprender su potencial artístico y comercial. Fue una mujer visionaria que experimentó con narrativas, géneros y técnicas cinematográficas, y a menudo abordó temas sociales y progresistas en sus películas. Fue una de las primeras en utilizar el cine como medio para contar historias, y sus innovaciones sentaron las bases para la evolución del lenguaje cinematográfico.
Entre sus obras más destacadas se encuentra "La vie du Christ" (1900), una de sus películas más ambiciosas y notables que narra la vida de Jesucristo, y "Les résultats du féminisme" (1906), una película que aborda temas feministas y desafía los roles de género establecidos en la sociedad de la época. También dirigió "La souriante Mme. Beudet" (1922), una película muda que se considera una de las primeras en retratar temas feministas y las tensiones en el matrimonio.
En 1907, Alice Guy Blaché se mudó a los Estados Unidos con su esposo, Herbert Blaché, donde cofundó Solax Studios en Nueva Jersey. Bajo su dirección, Solax Studios produjo numerosas películas, y Guy Blaché se convirtió en una de las primeras mujeres en dirigir y producir largometrajes. Su película "Making an American Citizen" (1912) fue una comedia que satiriza el proceso de convertirse en ciudadano estadounidense y aborda temas de inmigración.
En 1919, Alice Guy Blaché y su esposo se separaron, y su carrera en el cine sufrió un revés. A pesar de su éxito en los primeros años del cine, Guy Blaché fue olvidada y su legado fue relegado al olvido durante muchos años. Afortunadamente, en las últimas décadas, su trabajo y su contribución al cine han sido redescubiertos y reconocidos.
Alice Guy Blaché murió en 1968 a la edad de 94 años. Su legado sigue vivo en la historia del cine, y su influencia en la industria cinematográfica es innegable. Fue una mujer valiente y visionaria que desafió las normas de su tiempo y dejó una huella imborrable en el mundo del séptimo arte. Hoy en día, se la reconoce como una pionera del cine y una directora revolucionaria cuya creatividad e innovación en la dirección sentaron las bases para el desarrollo del cine tal como lo conocemos hoy. La historia de Alice Guy Blaché es un recordatorio de la importancia de reconocer y valorar el trabajo de las mujeres en la industria cinematográfica y en todos los ámbitos de la sociedad.
