La figura de Diotima de Mantinea es un auténtico misterio. Es la única mujer que aparece en "El banquete" de Platón aunque no participa en la reunión, si no que es referenciada por el principal invitado, Sócrates, que la introduce en su discurso, contando algunos detalles de su vida y de las enseñanzas que esta le brindó.

Poco se sabe con certeza sobre la vida de esta sacerdotisa. Posiblemente vivió en el siglo V a.C. ya que su única mención proviene de Platón. Aunque también se le hace referencia en obras posteriores, como las "Imágenes" de Luciano de Samósata, aunque estas se basan en los relatos platónicos. 

En "El banquete", Sócrates relata que aprendió la "Filosofía del Amor" de Diotima, describiéndola como una sacerdotisa o vidente. Según Platón, Diotima proporcionó a Sócrates una genealogía del amor, explicando que este es hijo de la abundancia y la Necesidad. Además, ella sostiene que Eros está en un punto intermedio entre lo divino y lo humano, entre lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo. Para Diotima, el amor impulsa a los seres humanos a buscar la belleza, la bondad y la verdad, siendo un camino hacia la inmortalidad tanto para el cuerpo como para el alma.

Sin embargo, la autenticidad de las ideas atribuidas a Diotima ha sido objeto de debate. Algunos la consideran un personaje ficticio creado por Platón para transmitir sus propias ideas sobre el amor y la filosofía. Otros, guiados por estudios de género, sugieren que podría haber sido una figura real, aunque la falta de evidencia histórica sólida alimenta las dudas al respecto.

A pesar de las incertidumbres sobre su existencia, las reflexiones filosóficas de Diotima, plasmadas en "El banquete", han dejado una marca perdurable en la historia del pensamiento occidental. Su visión del amor como un impulso hacia la belleza, la bondad y la verdad sigue siendo objeto de estudio y reflexión en la filosofía contemporánea. la filósofa María Zambrano también escribió una obra dedicada a Diotima de Mantinea. 

En última instancia, la figura de Diotima de Mantinea permanece como un enigma fascinante, cuya influencia trasciende las fronteras del tiempo y la certeza histórica, dejando a los estudiosos y filósofos con una pregunta eterna: ¿quién fue realmente Diotima?