Ayer domingo en el periódico 20 Minutos, por casualidad, leímos una historia muy interesante de las mujeres en la Guardia Civil de España.
La historia de la primera mujer guardia civil en España se remonta al año 1988, cuando se aprobó la ley que permitía el acceso de las mujeres al cuerpo en igualdad de condiciones que los hombres.
Ese mismo año, 197 mujeres entraron en la Academia de Baeza (Jaén) para formarse como Guardias Civiles y un año después se incorporaron a sus respectivos destinos. Entre ellas estaba María Teresa García Jiménez, que fue destinada al puesto de Alcalá de Henares (Madrid) y se convirtió en la primera mujer guardia civil en prestar servicio en la calle.
Desde entonces, las mujeres han ido abriéndose paso en el Instituto Armado, ocupando puestos de responsabilidad y especialización. Algunos ejemplos son **Cristina Moreno**, que en 2016 se convirtió en la primera mujer teniente coronel de la Guardia Civil en España; **Marisol Rodríguez Pintor**, que en 2021 se convirtió en la primera mujer en ingresar en el Grupo de Acción Rápida (GAR), unidad de élite de la Guardia Civil; o **María Gámez**, que en 2020 se convirtió en la primera mujer al frente de la Guardia Civil como directora general.
Actualmente, las mujeres representan el 7,5% del total de efectivos de la Guardia Civil, con más de 5.600 agentes. Aunque todavía queda camino por recorrer para alcanzar la paridad, las mujeres guardias civiles han demostrado su valía y profesionalidad a lo largo de estos 33 años de historia.
Os dejamos un resumen pero os recomendamos leer la noticia
La noticia se titula “Mujer y guardia civil: "La igualdad hay que demostrarla todos los días"” y fue publicada el 20 de septiembre de 2023 en el diario 20minutos.es1. La noticia cuenta la historia de María José, una mujer que lleva 25 años en la Guardia Civil y que ha tenido que superar muchos obstáculos y prejuicios por su condición de mujer en un cuerpo mayoritariamente masculino.
María José entró en la Guardia Civil en 1998, cuando solo había un 2% de mujeres en el cuerpo. Desde entonces, ha trabajado en diferentes destinos y especialidades, como seguridad ciudadana, tráfico, policía judicial, información o protección de la naturaleza. Actualmente, es la jefa del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) en la Comandancia de Valladolid, donde dirige a 40 agentes, de los cuales solo tres son mujeres.
La guardia civil reconoce que ha tenido que enfrentarse a muchas dificultades y situaciones de discriminación por ser mujer, tanto dentro como fuera de la institución. Por ejemplo, recuerda que cuando estaba embarazada de su primer hijo, tuvo que pedir el cambio de destino porque no le permitían hacer el servicio de tráfico con el uniforme de embarazada. También cuenta que ha sufrido comentarios machistas, falta de respeto y de confianza por parte de algunos compañeros y mandos, y que ha tenido que demostrar constantemente su valía y su profesionalidad.
Sin embargo, María José no se ha rendido y ha seguido luchando por su vocación y por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en la Guardia Civil. Dice que se siente orgullosa de su trabajo y de haber podido compaginarlo con su vida familiar, aunque reconoce que no ha sido fácil. Tiene dos hijos, de 18 y 15 años, y está casada con otro guardia civil, con el que ha tenido que solicitar varios cambios de destino para poder estar juntos.
María José afirma que la situación de las mujeres en la Guardia Civil ha mejorado mucho en los últimos años, gracias al esfuerzo de muchas pioneras que abrieron el camino y a las medidas de conciliación y de prevención del acoso que se han implementado. Sin embargo, cree que todavía queda mucho por hacer y que la igualdad hay que demostrarla todos los días, tanto en el trabajo como en la sociedad. Por eso, anima a las jóvenes que quieran entrar en la Guardia Civil a que lo hagan sin miedo y con ilusión, y a que se preparen bien para superar las pruebas y los retos que les esperan.