Hace tan solo unos días, a los 82 años, nos dejó María Isabel Mijares García-Pelayo, reconocida enóloga española pionera en el sector vitivinícola.
Destacó como la primera mujer en ejercer la enología y en dirigir una bodega en España, Palacio de Arganza en Villafranca del Bierzo, abriendo camino para las generaciones futuras en un campo predominantemente masculino. Su contribución se consolidó aún más en 1982 cuando se convirtió en la primera mujer en presidir un consejo regulador del vino, específicamente la denominación de origen protegida Valdepeñas.
La trayectoria académica de Mijares incluyó estudios de Químicas en la Universidad Complutense de Madrid y una beca del Gobierno francés para cursar enología en el Instituto de Enología de la Universidad de Burdeos. Allí, trabajó con Émile Peynaud, considerado el padre de la enología moderna, lo que le proporcionó una base sólida en el campo.
De regreso a España, Mijares ocupó diversos cargos de liderazgo en el sector vinícola, incluyendo la dirección de bodegas y la fundación de empresas como Equipo TEAM (Técnicas Enológicas y Alimentarías Mijares S.L.), junto a José Antonio Sáez. Además, desplegó una amplia actividad en la promoción y educación sobre el vino, siendo autora de numerosos artículos y libros especializados, así como coautora de la Guía Repsol de vinos, una referencia en el sector.
Su impacto trascendió las fronteras nacionales, siendo secretaria general de la Unión Internacional de Enólogos y asesorando a gobiernos de varios países en prácticas vitivinícolas.
Los logros de Mijares fueron reconocidos con numerosos premios y distinciones a lo largo de su carrera, tanto en España como a nivel internacional. Entre ellos se destacan el Premio Cervantes de Gastronomía, la Medalla de Honor Gastronomic Culture del World Gastronomy Institute, y la Medalla de Oro al Mérito Vitivinícola otorgada por la Federación Española de Enólogos, entre otros.
Aquí os dejamos una conferencia que impartió en la Fundación Juan March.
El legado de María Isabel Mijares García-Pelayo perdurará como un referente en la industria vinícola, inspirando a futuras generaciones de enólogos y líderes del sector. Su contribución al mundo del vino y su incansable dedicación a su oficio le otorgan un lugar destacado en la historia de la enología española.