Danira llegó a Estados Unidos desde Guatemala junto a su familia quienes decidieron emigrar en busca de mejores oportunidades. Instalados en el valle de San Fernando (California), Danira quedó embarazada a los quince años, a la misma edad que dejó el colegio para comenzar a trabajar en una sala de juegos, donde le pagarían un sueldo mínimo pero suficiente para tener la tranquilidad de que podría mantener a su hijo. 

A los 24 años vivía en casa de sus padres junto a sus tres hijos, ya que para ese entonces había tenido dos hijas más, y compartían vivienda también con su hermana y su sobrino.  

En diálogo con Grow, Danira explicó que no podía permitirse comprar los dulces que le pedían los niños y empezó a hornearlos ella misma. Ese fue la semilla del emprendimiento que dio a luz en 2012 

Inició la difusión de su reciente emprendimiento a través de Facebook donde subía diariamente los dulces que producía de manera artesanal. Sus amigos fueron los primeros en comprarle y, además, en encargarle dulces y otras delicias. Al año de iniciada esta aventura consiguió abrir un local de pastelería y despachar manzanas de caramelo, tartas, cupcakes y budines.  

Todo el trabajo realizado hasta ese momento fue hecho en simultáneo con su puesto fijo de lunes a viernes en la sala de juegos. Con tarifas económicas para que fuera un producto accesible se pasó meses de trabajo sin descanso ya que durante los fines de semana se pasaba cocinando, y de lunes a viernes en su puesto en la sala de juegos.  

En respuesta a la demanda creciente por parte de sus clientes, abrió clases de cocina online a través de sus redes. Inicio cobrando entre 8,50 y 17 euros y con una condición: que la receta de sus manzanas de caramelo no sería revelada. Su emprendimiento cada vez requería de más tiempo y presencia de Danira, así que tomó la arriesgada y acertada decisión de apostar a desarrollar todo su talento pastelero y dejar su trabajo fijo.  

Su receta estrella 

Danira recorrió una enorme variedad de tiendas, buscó alternativas de insumos y posibles combinaciones hasta lograr una manzana con caramelo distinta a todas las que hasta el momento se conocían en el mercado. 

Resolvió que daría un curso especial para enseñar su receta, que costaría 170 euros por persona y que se organizaría en nueve sesiones de una hora cada una y durante un período de tres semanas. Enseñaba desde qué herramientas emplear hasta cómo empaquetar las manzanas de caramelo. La demanda triplicó sus expectativas ya que creía que se aproximarían a las 100 personas y terminó por recibir unas 315 solicitudes.  

En el 2018, tomó la difícil y necesaria decisión de reducir sus pedidos para concentrarse en sus cursos en línea, con los que continúa en la actualidad habiendo expandido las fronteras de la receta de la famosa manzana a cupcakes, tortas y otras delicias.